El 1 y 2 de noviembre se celebra el Día de muertos
En México el Día de los Muertos constituye una celebración tradicional que se lleva a cabo durante los días 1 y 2 de noviembre, con ciertas variaciones en las costumbres y tradiciones en cada estado. Está vinculada a las celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos y el Día de Todos los Santos.
Esta festividad ha sido declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México, cuya celebración se extiende a otros países latinoamericanos como Ecuador, Perú, Bolivia y Guatemala, así como otros países de América Central y de América del Sur.
La calavera es el símbolo icónico de esta celebración, destacando el uso de rimas y versos satíricos conocidos como "calaveras literarias".
Asimismo, las personas se disfrazan y decoran sus rostros con figuras de calaveras muy coloridas y llamativas, para emular la figura de La Catrina o la Calavera Garbancera. Es un personaje icónico de la cultura popular mexicana creado en el año 1912 por José Guadalupe Posada, que representa a una mujer muy alta y delgada con aspecto cadavérico, sonriente, elegante con sombrero de ala con flores y con una expresión burlona, creado como una mofa hacia las clases más privilegiadas de México.
Se hacen visitas a los cementerios y se colocan ofrendas en las lápidas y en los altares, elevando oraciones, alabanzas, rezos y cantos por los muertos.
Es una tradición llevar las siguientes ofrendas a las tumbas de los seres queridos o colocarlos en los altares ubicados en los hogares, en caso de no poder asistir al cementerio durante este día:
Calaveras de dulce, con el nombre del difunto escrito en la frente.
Pan de Muerto, es un tipo de pan dulce elaborado con anís, tienen formas de huesos y cráneos.
Se limpian y decoran las tumbas con coronas de flores, utilizando rosas, girasoles, flor de terciopelo y flor de muerto (cempaxúchitl), ya que existe la creencia que estas flores atraen y guían las almas de los muertos.
En los hogares se colocan altares con las fotos o retratos de los difuntos, acompañados de veladoras, platos de comida, vasos de agua, tequila, mezcal, atole o pulque, cigarrillos y juguetes para las almas de los niños.
Fotos o retratos de los seres queridos fallecidos, se colocan de espaldas en la parte más alta del altar y frente a un espejo para que el difunto pueda ver el reflejo de sus seres queridos.
Se coloca una cruz en la parte superior del altar y a un lado de la imagen del difunto. También se coloca un copal e incienso, para limpiar, purificar y santificar las energías.
Imagen de las Ánimas del Purgatorio, para pedir la salida del alma del difunto del purgatorio.
Se colocan doce cirios de color morado en forma de cruz que simbolizan el color del duelo, con coronas y flores de cera. Esto simboliza los cuatro puntos cardinales, para orientar el ánima del difunto.
Se prepara calabaza en tacha, para colocarlo en el altar, así como la comida o alimentos favoritos de la persona fallecida.
Un elemento decorativo muy utilizado es el papel picado, elaborado con papel de China o de seda, recortado con figuras de esqueletos y calaveras. Asimismo, se acostumbra a elaborar un arco de caña y flores, representando el paso a la purificación del alma y el abandono del cuerpo terrenal.
Se colocan las bebidas preferidas del difunto, siendo las más populares tequila, pulque, mezcal y cerveza.
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